sábado, 4 de agosto de 2012

La infancia y otros caprichos


Esto va por todos los niñatos y niñatas fans de Peter Pan que contradictoriamente se dan demasiada prisa por crecer.

Echo de menos que el mayor de mis problemas sea que mi hermano no me preste la GameBoy.
Echo de menos correr por la playa sin parte de arriba del bañador porque aún no se han desarrollado los pechos, ni tener la menor preocupación de que si son más pequeños que los de cualquier otra chica.
Echo de menos mancharme la ropa porque y que no me importa que lo vea la gente.
Echo de menos eso de no tener que seguir a la sociedad sin ningún apuro, no comprarme modelitos de Barbies ni tener que pensar en comprarme tacones aunque no me gusten porque todas mis amigas comenzaron a llevarlos, sobre todo en noches de discoteca.
Echo de menos que no se busquen faldas cortas, vestidos escotados y tacones de vértigo para salir a buscar ''rollos'' o ''cosas serias'', y no tener que preocuparte de los celos al ver que habla con una u otra y de los ajenos.
Echo de menos la inocencia de todo y lo sinceras que eran todas las amigas entre sí en aquella época.
Echo de menos no tener que preocuparme por llevar bolso o no, todo se solucionaba con un: guárdamelo, tú mamá.
Echo de menos cuando la gente mostraba su cara al natural en vez de ocultarla y adornarla con pintalabios, rímel, colorete, base para las imperfecciones... etc etc.
Echo de menos no tener que aguantar un ''qué gorda estoy'' de alguien y mucho más que importe si es verdad.
Echo de menos tener todas las estanterías llenas de peluches en vez de tenerlos metidos en cajas debajo de la cama por vergüenza.
Echo de menos que la gente levante la vista de sus BlackBerries para relacionarse con la gente que tiene delante.
Echo de menos no tener que salir bien en las fotos ni sentirme incómoda por las poses y posturitas de algunas para parecer más... ¿sexy?
Echo de menos poder llorar con gente delante sin pudor.
Echo de menos soñar cada día que tendremos las profesiones que queramos, estrella del rock, astronauta, artista... no importaba el esfuerzo y el éxito estaba asegurado.
Echo de menos creer que esto último sea real y no tener que pensar en qué hacer de verdad con tu futuro sin presiones.

Ahora bien, al menos me visto como me da la gana, no llevo tacones ni bolso, no me maquillo, como lo que se me antoja, sigo teniendo cantidad de peluches en mis estanterías y no parezco una gata en celo en las fotos. Y aunque a los demás, les guste o no, creo que va a seguir siendo así para largo.

Que te jodan, sociedad.

domingo, 27 de mayo de 2012

Decir, pensar, actuar

Soy ese tipo de persona que dice una cosa, piensa otra y actúa de forma diferente a las dos cosas anteriores.
Normalmente, intento compaginar mis actuaciones con mis pensamientos, lo que diga después me da igual, porque las palabras se las lleva el viento, y más las de alguien tan irrelevante para la sociedad como tú o yo. Así se puede demostrar por dónde te inclinas realmente, según tus decisiones y actuaciones, que quedarán marcadas en algún sitio, aunque sea en una miserable vida. Y después, decir lo que más convenga, por supervivencia, aceptación... Sin embargo dicen por ahí que siempre hay que ser fiel a uno mismo. Compagina lo que quieras, siempre que no olvides en los que crees realmente.
Digas lo que digas, pienses lo que pienses, actúes como actúes.

jueves, 29 de marzo de 2012

Consumismo: según el libro de ciudadanía de 3º ESO. Amén.


Consumismo

Desde comienzos de los años 80 ha aumentado mucho el consumo en los países desarrollados. La necesidad de gastar de una manera compulsiva se ha ido convirtiendo en obsesión.
Las consecuencias del consumismo son:
• Aumento de la diferencia entre los países desarrollados y los países del Tercer Mundo.
• Se agotan las reservas naturales y aumentan los residuos produciendo el deterioro del medio ambiente.
• Surge una gran frustración entre los consumidores que no pueden adquirir lo que desean.
• Los consumistas distorsionan su identidad: se creen más importantes por lo que poseen.
• Aumentan las diferencias y los prejuicios entre la población.

Las empresas se preocupan más por cómo estimular la ansiedad de consumo que por la calidad de los productos.
Entre las enfermedades del siglo XXI se incluye la adicción a las compras. Las causas son insatisfacción, consumismo, materialismo y no saber gestionar el ocio y el tiempo libre. Sus síntomas son: armarios llenos, deudas y excusas para justificarse.
El perfil más común del adicto es el de una persona trabajadora, independiente y, en su mayoría, insatisfecha con su vida afectiva, que pasa sus ratos de ocio en los grandes almacenes al menos dos veces por semana.

viernes, 23 de marzo de 2012

Realistas y soñadores


Realidad o sueño.
Por consecuencia: realista o soñador.
Una persona realista es aquella que ve las noticias, lee el periódico, y tiene un trabajo normal y corriente para mantenerse. Porque a diferencia del soñador, el realista buscó en su día una carrera cualquiera que fuera, le gustara o no, porque algo hay que hacer en la vida. Piensa que el dinero no sale de debajo de las piedras. Sin dinero no hay casa, no hay comida... bueno, no hace falta que explique eso, está bastante claro que sin dinero no llegas a ningún sitio. Todos saben, menos los más inocentes, que el mundo lo mueve el dinero.
En fin, un soñador es una persona con una mente totalmente distinta. Generalmente, los soñadores eligen cómo quieren vivir. Esa es la mayor virtud de los soñadores. Hay dos formas de ver su estilo de vida: perfecta o de ilusos, por creer que pueden llegar a algo en la vida, porque generalmente tienden a hacer cosas como elegir carreras artísticas, aún sabiendo que seguramente no lleven a ninguna parte. Se me olvidaba una cosa importante: si un sueño no es lo suficientemente complicado de alcanzar, no es un sueño. Esto es clave, ya que los soñadores tenderán a perseguir su sueño cueste lo que les cueste. Y no siempre se alcanzan. Casi nunca se alcanzan, para qué mentir. Por eso la gente tiende a olvidarlos, a esconderlos, porque los sueños son ridículos (desde el punto de vista de los realistas), fantasiosos y no llevan a ningún lugar real. Realidad. ¿Los soñadores huyen de la realidad o la afrontan? Porque la verdad es que ya no sé. Se me escapa. Hay otro factor, un poco menos importante que el dinero, pero tampoco es moco de pavo: el apoyo. Porque hay algo que existe que se llama presión social, o familiar, o de grupo o como se quiera llamar según el caso. Y si en vez de apoyo sufres todo lo contrario, más te alejarás de aquello que quieres.
¿Qué que soy yo?
Pues no sé.
¿Qué quiero? Pues no lo sé.
Viajar, ir a mi aire, vivir la vida como realmente quiero.
Quiero despertarme en un país diferente al de la semana anterior.
Quiero comprar pasajes de avión que sobrevuelen mares y billetes de tren que me acerquen a grandes ciudades.
Quiero dormir en camas de hotel y hacer auto-stop.
Quiero fotografiar cada muesca de lo imperceptible a simple vista.
Quiero visitar todos los bares y probar todas las bebidas estadounidenses.
Quiero pintar en un lienzo en blanco todos los romances de una noche que siempre desee tener en esta odisea.
Quiero escribir hasta el último de mis pensamientos e ideas sobre papel y enviarlas a algún sitio donde alguien las lea.
Quiero cantar y ser escuchada sin vergüenza, bailar y que se me unan.
Quiero entablar amistades por todos los rincones del mundo y probar la gastronomía de 1000 culturas.

Quiero que al morir, vieja o joven, no tenga que arrepentirme por ser una cobarde por no cumplir todo aquello que deseaba hacer en mi vida.

Pero, por desgracia, cada vez pienso que, como un tipo demasiado sabio dijo una vez:
los sueños, sueños son.
Socorro. No quiero convertirme en una realista.



sábado, 17 de marzo de 2012

Sé que me acabaré arrepintiendo

Qué hacer cuando las cosas no encajan.
Cuando me hace falta un manual de instrucciones para todo, porque no confío en ninguno de los pasos que decido yo misma.
Todo lo que parece que va a salir mal, sale relativamente bien, lo justo para que me haga sentir tonta por haber dudado.
Pero no puedo hacer nada, porque incluso no sé si está pasando de verdad, o son fantasías mías, o mi mente se ha vuelto del revés.
Ni si quiera sé de qué me preocupo tanto, ni tampoco sé porque me hago creer a mi misma en algunos lapsus de valentía que nada me importa.
Que podría renunciar si quisiera, y que sería feliz por ello.
Que no cuento mis sueños porque sino, no se harán realidad.
Que soy como los demás.
Siempre creí que era fuerte. Y que si me lo proponía, podía tener todo controlado.
Pero cuando las cosas se van a otra órbita y se pierden del alcance hay que saber reconocerlo.
Hay que tragar con lo que toca, no lo digo yo, lo dice la dignidad de mi persona.
Juegos del destino. Ni si quiera sé si creo en el destino, pero hay que echarle la culpa a algo.
Porque la impotencia ante la situación en la que no puedo hacer nada me retuerce de rabia.
Pero es más fácil actuar como sino pasara nada.
Porque soy más feliz pensando que tengo todo bajo control y que no pasa nada, aunque me engañe a mí misma y lo sepa.

sábado, 3 de marzo de 2012

Misery


Soy la llave rota e inservible que no abre nada.
Soy la incógnita de la ecuación que no puede ser resuelta.
Soy el neón que tintinea por las noches en la fachada de un burdel.
Soy el musculo dañado del ala de un ave que le impide volar.
Soy el trozo de cielo que se esconde tras una nube grisácea.
Soy la cabina telefónica sin línea.
Soy el beso que te contagiará la mononucleosis.
Soy la ropa rasgada de un vagabundo.
Soy uno de los cristales de una botella rota tras una pelea en un bar.
Soy el airbag defectuoso de un coche que fabricó una empresa barata.
Soy el humo de tabaco que nunca volverá al cigarrillo y el que sale entre los dientes amarillentos de un fumador.
Soy el hogar derruido en el que antes habitaba una familia y ahora es cobijo de roedores que se cuelan entre los escombros.
Soy aquel niño africano con desnutrición crónica que sale en las noticias y del que te compadeces mientras tiras el resto de carne de tu plato porque no te gusta.
Soy aquello en lo que piensas y después te sientes culpable por ello.
Soy la madera astillada con la que trabaja un carpintero pobre para luego no poder venderla.
Soy la manía insana de un obsesivo compulsivo que le conduce a la locura.
Soy la señal de stop oxidada de una carretera que no lleva a ninguna parte.
Soy la promesa rota que te creíste.
Soy esa decisión equivocada que toma el médico de un ser querido.
Soy el sentimiento que te aterra y te hace cometer estupideces.
Soy aquel capricho que deseaste intensamente para después aburrirte de él y dejarlo de lado como muchas otros.
Soy aquel momento de tu vida del que te arrepientes hasta la muerte.
Soy difunta esperanza de un prisionero condenado la ejecución.
Soy la última bala que cae en un campo de batalla y no se alcanza a escuchar porque no quedaron supervivientes.
Soy el cordón del zapato que se desató e hizo caer a aquel que corría por su vida.
Soy una de las gotas de cianuro del que beben los cobardes.
Soy ese sueño frustrado y apartado por una vida que tú no elegiste.
Soy esa línea que jamás te atreviste a traspasar.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Enredaderas de la compasión

¿Qué es la compasión? Según el primer diccionario que he pillado, esta palabra se define como ''Sentimiento de conmiseración y lástima que se tiene hacia quienes sufren penalidades o desgracias''.
Veo en el telediario los supervivientes de una catástrofe natural, han perdido sus hogares, sus bienes, incluso algún ser querido. Ahí siento compasión. Una compasión buena.
Porque según lo visto, hay momentos en que la compasión es buena y otros en la que es mala.
En el ejemplo anterior es buena porque me pongo en la piel de los desgraciados, siento que lo están pasando mal, y desearía que la vida se les tornase más alegre.
Pero sin embargo parece ser que a veces es mala. Sobre todo en termino de relaciones.
Aquí viene el segundo ejemplo: a una chica le dan de lado sus amigas. Esta pobre desafortunada (ya me estoy compadeciendo de ella) vaga sola por el patio del colegio. Otra chica la ve, a ella y a su soledad, y piensa ''pobrecilla, ya no tiene amigas''. Por ello comienza a juntarse con ella, creando un vínculo de amistad. Pero un día discuten. Y entonces la que antes era la solitaria dice, en un momento de enfado desbocado: ''pues entonces no haberte juntado conmigo'' y la otra contesta ''sólo lo hice porque me dabas lástima''. Eso... duele. No es justamente algo agradable de oír. Pero, es que la verdad. Yo creía que era compasión ''buena'' porque al compadecerse de ella sentía empatía. La empatía es buena, según me enseñaban en las clases de religión cuando era pequeña. Sin embargo al decirle a la cara que se hizo su amiga porque le daba pena, es malo, porque duele. Pero esa amistad se fundó gracias al sentimiento de compasión.
¿Entonces? Vaya lío.
Eso me lleva a otra situación, con otro tipo de relación, pero un poco más distinta. Una pareja. Una chica comienza a salir con otro chico, porque le da un poco de pena, y más aún, decirle que no. Desde ahí, ya empieza la cosa mal. Las relaciones de amor de pareja son harina de otro costal comparado con una amistad. La escena es que él la adora, y a ella le daría pena rechazarle. La relación empieza. Pero está mal. Está basada en compasión. En compasión ''mala''. Porque si duele que una amiga te diga que se juntaba contigo porque sentía pena por ti, supongo que dolerá aún más que te lo diga la persona a la que amas. Pero... sino se lo confiesas ¿estás mintiendo? Osea, finges sentir algo que no sientes. Bueno, supongo que la compasión sería el disfraz de la mentira.
-Cariño, ¿me amas?
-Sí -<<pero sólo por compasión>>.
Entonces, quedemos en que la compasión es buena, hasta que la confiesas. Mientras, tendrás que disfrazarla de mentira. Suena cruel, pero realmente es así como nadie saldrá herido.

sábado, 21 de enero de 2012

Escucha y siente

Son muchas las personas que aman la música y viven para adorar a sus cantantes o grupos preferidos. Nosotros, esas personas a las que la música forma parte de nuestras vidas, cada acorde nos hace sentir muchas más cosas de las que nos hacen sentir los demás, esas letras de canciones tan auténticas, escritas del puño y letra del artista, dispuesto a hacernos soñar y desatar nuestras mentes de la esclavitud y el tedio del día a día. Y es que a mí, con una sola tecla de piano pueden revolvérseme todas las entrañas, cosa que nadie más puede conseguir, por eso quizás me encierre y me ponga los auriculares tan frecuentemente.
Por eso no me gusta la música comercial. Esas letras vacías creadas para vender y hacer dinero, que jamás nos harían experimentar esa paz, esa libertad, esa fuerza.... Adolescentes con caras bonitas y una voz aceptable para entonar canciones absurdas, empalagosas que no albergan ningún tipo de significado para nadie, pero como son pegadizas y a esta sociedad le da por tragarse basura... será más escuchado un ''Baby'' de Justin Bieber que cientos de esas canciones puras y auténticas, de grupos más modestos pero con más calidad, desconocidos para la mayoría de las personas, pero aún así, harán buena música.
Yo hablo de esas melodías tan valiosas, de grupos especiales que nos acompañan a lo largo de nuestra vida. La gente suele decirme que me gusta 30 Seconds To Mars sólo porque Jared Leto (el vocalista) es un guaperas. Es cierto, me parece uno de los hombres más bellos de este mundo, y eso que el pasado 26 de diciembre cumplió 40 añazos.... Pero me da rabia. No consiguen entender todos esos malos momentos en los que no sabía qué hacer, paraba y miraba mi vida... algunos momentos difíciles en los que no sabes en quién apoyarte, nadie te escuchará y te encuentras bastante sola y enfadada con el mundo. Entonces cojo mis auriculares y pongo los pongo a sonar, en el rincón de mi cuarto. Esas canciones de 30 Seconds To Mars que he oído desde siempre, o las que he comenzado a escuchar desde hace poco, no importa, porque son todas un refugio. Letras que siempre han querido decir algo. Ellos mismos dijeron una vez: ''Nuestras letras son una carta dirigida a quien escucha y siente algo''.
A demás, gracias a ellos, he conocido a gente maravillosa , echelons (seguidores de 30 Seconds To Mars), porque la música tiene también la cualidad de unir personas aunque estén a miles kilómetros de ti.
Pero yo digo 30 Seconds To Mars, como otros dicen Nirvana, Bob Dylan... El caso es no caer en ese tipo de música que se hace principalmente para gustar a adolescentes fanáticas de una cara bonita.



lunes, 16 de enero de 2012

La fotografía del cuerpo humano


Una chica es fotografiada con los senos al aire, y con cara sensual.
Lo primero que pienso es: PUTA
Pero hay muchos que podrían rebatirme esto. Pueden argumentar que por qué la he llamado así. Entonces yo diría... ¿si no lo es, porqué se hace fotos desnuda? Y ellos podrían responderme: ¿y por qué no? El cuerpo humano es algo natural y esta chica no tiene vergüenza al enseñarlo. Se sale de las barreras marcadas, es un espíritu libre y no le importa lo que pienses de ella, ama su cuerpo y no le importa enseñarlo.
Y yo podría aceptar eso en algún caso. Pero mi argumento sería que posar desnuda para que la vea todo el mundo no da la imagen de que rompa ninguna barrera, como mucho la bragueta de los hombres, da la imagen de prostituta vulgar que vende su cuerpo a cambio de unas míseras perras y ha fracasado en la vida. Ama su cuerpo porque será bonito, pero eso no quiere decir que por dentro lo sea, y esto último tiende más importancia, aunque no esté de moda. Sería un verdadero espíritu libre si no tuviera un cuerpo tan perfecto y aún así posara frente la cámara sin complejos.
En mi opinión, posar sin ropa es algo que hacen las mujeres para que se las vea deseables y las adoren, pero como Asselin Henry dijo una vez: las personas más insoportables son los hombres que se creen geniales y las mujeres que se creen irresistibles. También él fotógrafo tendrá imágenes que valgan más dinero, así que no le importará nada de lo que he criticado antes. Yo digo: repugnante.
Sin embargo, para mí, la belleza del cuerpo puede humano ser fotografiada, siempre y cuando, no hayan más cartas sobre la mesa, sólo amor al arte.

lunes, 9 de enero de 2012

El único testigo del final de tu mutismo


Siente el viento en tu cara, azotes de aire que enreda tus cabellos, secando las lágrimas de tu rostro y haciendo cerrar tus ojos. Deja escapar un grito y que él lo impele.
De los que sólo puedes hacer emerger de tu garganta cuando estás sola y tu corazón late despavorido, aprietas los dientes intentando contenerlo. Entonces, ocurre, no hay nadie alrededor que pueda escuchar tu alarido.
Puede ser un llamamiento a la libertad, una declaración de amor, o simplemente una exclamación de rabia contenida por los años pasados ante tus ojos y las marcas que dejaron en tu piel...
Sea lo que sea que grites, el viento se lo llevará, así como se lleva las livianas nubes alzadas sobre tu cabeza.
Cierto que no puede arrastrar tus sentimientos, ni tus recuerdos, tampoco solucionar tus problemas, eso es algo que debes hacer hacer por ti misma.  
Pero puedes gritar al borde de un desfiladero, como si bajo tus pies hubiera un público esperando, expectante, que rompas tu silencio, aunque sólo te escuchará el viento. 
Cuando lo hagas, dime como te sientes, porque yo todavía no he podido liberarme.

jueves, 5 de enero de 2012

No es una historia de amor

Esta es la historia de una chica que se casó con un chico, qué importa cuales fueran sus nombres.
La joven nunca pensó que la relación pudiera llegar a tanto.
Ella no tenía intenciones de salir con él, era el tipo de chica que no se ata a ninguna persona ni a ningún lugar, y si había algún hombre en su vida, entraba tan rápido como salía, sin quererle regalar su corazón a nadie. Dueña de sí misma, y aunque la gente decía que no era capaz de poner en orden su vida, ella era probablemente la persona que más podía controlarla, hasta tal punto que podría decirse que era la vida la que tenía que ajustarse a ella.
La historia es que aquel espíritu libre indomable conoció a una persona que no albergaba tanta aspiración por sus propios actos ni vivía al antojo de sus pensamientos, pero aún así, se enamoró de ella. La chica pensó que aunque él pudiera resultar herido sentimentalmente, pasaría la noche con él hasta que los primeros rayos de sol se asomaran para huir con sigilo de la cama donde él yacía todavía perdido en sus sueños, y no volver a verlo jamás. Así seguiría con su particular estilo de vida. El problema fue que cuando llegó el momento, él ya se encontraba despierto, lo cual dejaba imposible realizar su maravilloso plan de huida. Lo pospuso para otra ocasión.
Pero el tiempo pasó, y se veía involucrada en una relación. Pensó que sería una experiencia que podría vivir antes de morir (esa solía ser su filosofía para todo). Al cabo del tiempo, un día como otro cualquiera del calendario, ocurrió en la noche menos pensada, en la que ni su intuición si quiera pudo avisarla de lo que se avecinaba, ni en la espiral que estaba a punto de meterse...
Él le propuso matrimonio.
Su cabeza gritaba no, pero contradictoriamente sus labios suspiraron un sí. Supongo que dijo aquella palabra tan estúpida porque entre ellos, sin intención de ella, se había creado un vínculo, del que no podía evitar sentirse culpable si lo rompía. Esas cosas antes no le importaban, eran como una diminuta mota de polvo que se encuentra flotando en una galaxia, pero él la había hecho más humana en ese sentido. Así que digamos que él se llevó un ''sí'' por compasión. A ella no le gustaba él, no tenía nada que la agradara, ni un breve ápice en su ser que la hiciera permanecer a su lado, pero para su desgracia, él estaba enamorado ciegamente.
Ella intentó que no cundiera el pánico. Por alguna razón pensaba que seguía teniendo las riendas de su vida, cuando en verdad, metafóricamente hablando, lo único que sujetaba en sus manos era escurridizo y engañoso humo. Pensó que si no era feliz con aquel que era su marido, como espíritu libre que era, podía esperar la llegada de otro hombre, veía muchos entrar en su casa ya que él era masajista y atendía allí a sus clientes. Ella esperó y esperó. Pero no se presentó ninguna oportunidad, así como ningún hombre ficticio que anhelaba que apareciera para sacarla de la monotonía destructora de su, ahora, aburrida y atada vida.
Sus ganas por huir de aquella prisión la consumía, paro ella era el único apoyo de su marido, y ahora que estaban casados si que no podía abandonarlo con los primeros rayos de sol, como aquella mañana en la que su destino estaba marcado sin ella saberlo.
Llegados a este punto no puedo evitar hacerme una cuántas preguntas: ¿Qué hubiera pasado si se hubiera escapado desde un principio? ¿O si simplemente hubiera negado la petición de matrimonio? Si ella no estaba enamorada de él ¿acaso existe alguna respuesta razonable por la que ella acepto seguir a su lado? ¿Es que estaba escrito que sucedieran así el desarrollo de sus días? ¿O sólo fue culpa de aquel chico, quien sin saberlo, la privó de sus sueños? De sus idas y venidas de lugares que anhelara visitar con ella como única acompañante de viaje así como en sus días de gloria... ¿Podría decirse que él encarriló su vida al atarla a una sola ciudad, una sola casa, una sola persona y por tanto, una sola cama?
Pensad lo que queráis, solo sé que no es una historia de amor.

martes, 3 de enero de 2012

¿Sigue tus sueños?

''Sigue tus sueños''... ¿cuántas veces habré oído eso? Bueno, no es que nadie me lo haya dicho directamente a mí, en plan: Chica, sigue tus sueños pase lo que pase. Pero por ejemplo, soy muy fan del grupo 30 Seconds To Mars, y el cantante (y mi amor platónico) Jared Leto habla en todas, o casi todas, las entrevistas que la gente debe seguir sus sueños, que soñar es lo más barato que harás nunca (eso si es verdad), que si nunca dejes de creer en tu sueño y que tal y cual. En fin. Como si fuera tan fácil. En realidad me frustra (bueno, soy una adolescente frustrada así que...), porque no creo que nunca podré conseguir el mío.
Seguir los sueños. Muchos lo han intentado y lo han logrado. Pero nunca se dice todos esos millones de personas que fracasaron. El actor que no cogieron para hacer el papel, la cantante que le dieron la negativa en la audición, la bailarina que salió del casting derrotada... Bueno, o el típico borracho de las películas que vive debajo de un puente y balbucea ''yo tenía un sueño''. O mujeres que llegan a lo 50 y paran a mirar que ella de joven tenía ilusión por conseguir algo en la vida y sin embargo la vida le ha absorbido a ella... en las películas americanas con final bonito, la mujer, esposa con hijos, se da cuenta de que aunque no haya conseguido la meta que se propuso es más importante que se haya casado con el hombre que ama y que ha criado a sus hijos... en fin, dice ''ah bueno, al menos he creado una familia''. Pero repito: películas americanas con final bonito.
¿Pero y si no es así? Es decir. Tienes 50 años. Te paras a mirar. Tu querías ser... bailarina, por ejemplo. Pero sin embargo te casaste, tuviste hijos y aceptaste seguir los estudios y un trabajo que en esos momentos lo tomabas como algo temporal. Y llegas a esa edad y recuerdas cómo te imaginabas siendo una grácil y famosa bailarina, amada por los coreógrafos y halagada por la crítica. Y en tu vida actual no has conseguido nada de eso, ni si quiera algo que se le parezca. Y el hecho de tener una familia no te reconforta. Y encimas tienes que aguantar a una estrellita del rock diciendo lo importante que es seguir tus sueños, que si los suyos se han hecho realidad... ¿qué pasa? ¿Qué es lo que se supone que debes hacer? ¿Aguantar con esa vida hasta el final de tus días?
¿Rebelarte? Vale, esa segunda opción puede sonar un tanto ridícula. Aunque estoy segura de que a más de una persona se le habrá pasado por la cabeza, y algún corazón anhelará poder romper con sus ataduras, así como con las barreras del tiempo para volver a esa etapa de su vida en la que cumplir sus sueños parecía más alcanzable y esperanzador, para intentarlo con todas sus fuerzas. Porque no hay nada mejor que ver que tus más aspiradas ambiciones dejan de ser sueños y pasa a formar parte de tu realidad. Personalmente, yo moriría feliz si el mío se cumpliera, y si se me presenta la ocasión, lo viviré.